Si por estos días hay un tema que ha acaparado titulares y generado conversaciones en redes sociales, es el escándalo que involucra al cantante colombiano Beéle y a la modelo venezolana Isabella Ladera, luego de que se filtrara un video íntimo de ambos que dura más de seis minutos. La grabación, que rápidamente se viralizó, ha puesto en el ojo público al artista, pese a que tanto él como Ladera aseguraron que ninguno es responsable de la filtración.
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La modelo fue contundente al afirmar que el material solo estaba en poder de ambos y no de un tercero, lo que generó aún más cuestionamientos hacia Beéle. El hecho ha avivado el debate sobre la privacidad y la vulnerabilidad que enfrentan las figuras públicas en la era digital, donde la exposición mediática amplifica este tipo de controversias.
A la discusión también se sumó la influencer Elizabeth Loaiza, quien compartió un testimonio personal relacionado con su hija de 17 años. Según reveló, la adolescente estuvo a punto de ser víctima de un chantaje digital por parte de un hombre que la amenazaba con difundir videos íntimos si no accedía a sus exigencias.
“Eso es manipulación de una persona que tiene problemas mentales como mamá. Cuando leí sus conversaciones y era que este tipejo la tenía manipulada con esos videos… eso pasó en mi familia. Sus hijas pueden estar siendo víctimas de acoso, entonces estén pendientes”, contó Loaiza en un video publicado en su cuenta de Instagram.
La creadora de contenido subrayó que su mensaje no busca señalar a nadie, sino abrir una conversación urgente sobre la sextorsión y el acoso digital, flagelos que cada vez afectan a más adolescentes y mujeres en Colombia. “Nadie debería ser extorsionado con su intimidad. Nadie debería cargar con la vergüenza por un error que fue aprovechado por alguien más”, concluyó.
