La senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, lanzó una dura crítica contra el presidente Gustavo Petro, en medio de la polémica internacional generada por la revocación de su visa estadounidense y sus declaraciones sobre un supuesto “ejército de salvación mundial” para intervenir en la guerra de Palestina.
El pronunciamiento de Valencia coincidió con un momento de alta tensión diplomática entre Colombia y Estados Unidos, luego de que el mandatario colombiano protagonizara un episodio que Washington calificó de “imprudente e incendiario”.
En su mensaje difundido en la red social X (antes Twitter), la congresista escribió:
“Su vanidad es enfermiza: él mismo proclama que Colombia ahora es conocida por Petro. La megalomanía de sentirse más de lo que es. Pero la realidad es otra: su legado como presidente no es más que destrucción”.
Valencia acusó al jefe de Estado de haber “desmantelado la economía con reformas fallidas”, debilitado las instituciones “al coquetear con totalitarismos”, y de sumir al país en una “inseguridad rampante” al preferir negociar con grupos criminales en lugar de combatirlos. En su opinión, mientras el país enfrenta una crisis de salud, energética y financiera, Petro busca proyectarse como líder global “para evadir los problemas locales”.
“Petro posa de salvador global, pretendiendo salirse de los problemas locales asumiendo oficios ajenos, como si ser un agitador internacional borrara su incompetencia doméstica”, escribió Valencia en otro apartado del trino, que rápidamente se viralizó y se ubicó entre las tendencias políticas del día.
La polémica internacional: visa revocada y tensiones con Washington
El contexto del mensaje tiene un trasfondo diplomático explosivo. El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó la revocación de la visa del presidente Gustavo Petro, tras considerar “inaceptables” sus declaraciones durante una protesta pro-Palestina en Nueva York, paralela a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En esa ocasión, Petro habría instado a soldados estadounidenses a desobedecer órdenes y propuso crear un “ejército de salvación del mundo” para “liberar Palestina”.
La medida fue interpretada como una sanción diplomática inédita contra un mandatario en ejercicio. Washington consideró que las palabras del presidente colombiano atentaban contra la disciplina militar estadounidense y comprometían la neutralidad diplomática de su país en el conflicto de Medio Oriente.
